29 de agosto de 2012

Pasear, dormir la siesta, una buena paella...

Los diez placeres del verano
Una mujer se relaja en una playa. | El Mundo
Una mujer se relaja en una playa. | 
"El verano es como la belleza, demasiado efímero", decía el filósofo británico Francis Bacon. Ahora, cercanos a su ocaso, hacemos un balance de los pequeños placeres que uno puede permitirse en la época estival:
1. No hacer nada. En estos tiempos de hiperactividad, parece que si uno permanece diez minutos en estado contemplativo es un mal hombre o una mala mujer, un mal padre, un mal trabajador y casi ni merece vivir. En la sociedad de la productividad elevada a la enésima potencia, si uno se queda durante unas horas echado en el sofá, se acabará sintiendo culpable e intentará darse un atracón de gimnasio, de compras y de todo tipo de gestiones para recuperar el tiempo perdido. Pero, no hacer nada, de vez en cuando, es saludable. ¿Qué hay mejor que tenderse en la hierba de un parque, tumbarse al sol en la playa o relajarse en una hamaca?
2. Desconectar. Olvide a su millón de amigos de Facebook. Deje de enviar el vigesimoctavo wasap del día. Relegue la enésima ocurrencia de Twitter. Incluso si es posible, apague el móvil (durante unas horas). ¿Es preciso estar narrando al cuñado lo rica que está la cena mientras engulle las fabes con almejas? ¿Es necesario estar conectado a sus amigos y familiares los 365 días del año? ¿No se puede escapar uno durante varios días sin tener que dar cuentas a nadie? Inténtelo. Hay vida más allá de la tecnología.
3. Leer un buen libro. En verano, hay dos tipos de lectores: los ocasionales que aprovechan este periodo para empollarse el libro de moda y los fieles, que se embarcan en lecturas más densas y difíciles. Sea de uno u otro tipo, no se conforme con los best-sellers de turno. Hay muy buena literatura que nunca llega a la mesa de novedades de las librerías, acaparadas por el imperio de los Larsson, Dueñas, o Zafón de turno. Autores como el afgano Atiq Rahimij ('Maldito sea Dostoievski'), el británico Tibor Fischer ('Quién fuera Dios) o el belga Jean-Philippe Toussaint ('La verdad sobre Marie) dejan muy alto el listón literario. O, si no, vuelva a los clásicos para no equivocarse. Novelas como la 'Bestia Humana' de Zola, 'Jezabel' de Irène Némirovsky o 'Nada' de Carmen Laforet nunca envejecen.
4. Dios salve a los chiringuitos. Aunque estuvieron amenazados por la anterior Ley de Costas, los chiringuitos deberían ser declarados Patrimonio de la Humanidad. Los hay de toda clase y condición, pero tomarse una cerveza con su tapa en un chiringuito frente al mar es uno de los grandes deleites del verano.
5. Echarse una siesta. Sí, ya sé que se puede dormir durante todo el año, pero las siestas en verano saben mejor. Ese sopor que le entra a uno después de haber regresado derrotado de la playa y haberse tomado un buen manjar es impagable. Eso sí, aunque sean placenteras, no conviene que rebasen las dos o tres horas.
6. Pasear. La RAE reza que pasear es ir andando por distracción o por ejercicio. O sea, ir andando. No ir a la carrera, de la ceca a la meca, pensando siempre en el destino y nunca en el recorrido. En verano nos podemos permitir el lujo de dar un buen paseo descalzos por la arena con la brisa de frente, saboreando las caricias de las olas. O hacer una buena ruta por la montaña, aspirando el aire puro, bebiendo de las fuentes y disfrutando del cansancio obligado que impone subir a una cima.
7. Las fiestas del pueblo. Con crisis o sin ella, las fiestas del pueblo son sagradas. Esos pasacalles, esas fiestas de la espuma, esos campeonatos de mus y esas maravillosas verbenas con el pasodoble como buque insignia... eso nadie nos lo puede arrebatar. ¡Que nos quiten lo bailao!
8. Volver a ser niño. "Un verano perfecto es aquel en el que me permito hacer todo aquello que por decoro no haría durante el resto del año", afirmaba la actriz Whoopi Goldberg. Efectivamente, durante el verano nos podemos permitir licencias que no hacemos el resto del año. Enterrarse en la arena, intentar montarse en un colchón hinchable y caerse 30 veces, practicar windsurf o rafting y estar a punto de morir en el intento, bailar Paquito el Chocolatero agarrado a un señor al que no se conoce de nada, moverse al ritmo de la canción del verano e intentar aprenderse la coreografía de turno... ¡Desmelénese! Hacer el ridículo es cosa del verano.
9. Ver atardecer. La puesta de sol es uno de los mejores espectáculos del mundo y, además, es gratuito. Con el ajetreo diario, apenas le prestamos atención, pero en vacaciones tenemos la potestad de parar el tiempo y disfrutar de ese momento mágico.
10. Y el domingo, paella. Hay quien le gusta con pollo; otros la prefieren con marisco; los demás allá se decantan por la de verduras, la auténtica valenciana; los guiris se la toman con 'ketchup', pero hay muy poca gente a la que no le guste la paella. Es nuestra comida nacional y no hay mejor momento que un domingo de verano para degustar un buen arroz.
Ésta es nuestra lista de 'placeres', cuéntanos la tuya.

11 de agosto de 2012

LAS LAGRIMAS DE SAN LORENZO


Perseidas: diez cosas que debes saber

Qué son, por qué aparecen cada año, cuándo es el mejor momento para verlas y cómo preparar una buena observación este fin de semana





Las Perseidas, popularmente conocidas como «lágrimas de San Lorenzo», podrán contemplarse este fin de semana. Aquí te explicamos todo lo que debes saber para disfrutar al máximo de la lluvia de estrellas más hermosa del año:

1-¿Qué es una lluvia de estrellas?

Pues ni lluvia ni estrellas. Detrás de un nombre tan poético se esconden en realidad las diminutas partículas de polvo, algunas menores que granos de arena, que dejan los cometas a lo largo de sus órbitas alrededor del Sol. Cuando la corriente de partículas es atravesada por la Tierra, estas se desintegran al entrar a gran velocidad en la atmósfera terrestre, creando los conocidos trazos luminosos, las estrellas fugaces, que reciben el nombre científico de meteoros.

2-¿Y qué son las Perseidas?

Las Perseidas es la famosa lluvia de estrellas del mes de agosto. La lluvia de meteoros suele tener su máxima actividad entre los días 12 y 13 de agosto, aunque el fenómeno es apreciable en menor intensidad desde la segunda mitad de julio hasta finales de este mes. El nombre de Perseidas se debe a que su radiante, el lugar de donde parecen salir, se encuentra en la constelación de Perseo.

3-¿Por qué aparecen cada año con regularidad?

Porque cada año por estas fechas nuestro planeta cruza la órbita del cometa Swift-Tuttle, que tiene un período de 133 años y que pasó cerca del Sol por última vez en 1992. Entonces, sus partículas entran en contacto con la atmósfera terrestre y crean los famosos trazos luminosos.

4-¿Qué tienen que ver con la leyenda de Perseo?

La lluvia del verano debe su nombre a la constelación de Perseo, de donde parecen venir los meteoros. Precisamente, la leyenda dice que Perseo, un semidiós griego, nació de la lluvia de oro con la que Zeus embarazó a Dánae. Los antiguos helenos ya relacionaban las Perseidas con esta hazaña. Luego, el vástago adquiriría fama por cortar la cabeza de Medusa, que petrificaba a sus adversarios.

5-¿Cuál es el mejor momento para observarlas?

Este año, el pico máximo de la lluvia de estrellas nos pillará de día, entre las 14.00 y las 16.30 (hora peninsular española) del domingo, así que el mejor momento para observarlas coincidirá con las noches anterior y posterior al mismo, es decir, las noches del sábado al domingo y del domingo al lunes. El período óptimo de observación será la primera parte de la noche, antes de que la Luna haga su aparición sobre el horizonte, entre las 22.00 horas y las dos o las tres de la madrugada.

6-¿Cuál puede ser el mayor problema para la observación?

Aparte de un cielo nublado, que puede estropear cualquier observación astronómica, la Luna puede dificultar la visión. Estará en fase menguante y su brillo no molestará, pero se encuentra cerca del radiante, la zona del cielo de la que parece proceder la lluvia de estrellas.

7-¿Serán mejores que el año pasado?

Este año, aunque no perfecto, será mucho mejor que el anterior porque en 2011 hubo luna llena, lo que impidió la observación, pero este verano el satélite natural de la Tierra estará en fase menguante, que afectará también la visión de estos bólidos, pero en menor proporción.

8- ¿Cuántos meteoros se verán?

Las Perseidas son una de las lluvias más espectaculares. En esta ocasión, la lluvia promete unos cien meteoros en su pico máximo, que nos perderemos al ser de día. En nuestro tiempo de observación, pueden ser algunos menos.

9- ¿Qué necesito para ver la lluvia de estrellas?

La mejor forma de disfrutar de la lluvia de estrellas es a simple vista, sin prismáticos ni telescopios, y en una posición cómoda que permita ver el mayor campo de cielo posible; por ejemplo, tumbado en una hamaca. Es necesario tener el horizonte despejado hacia el Nordeste, donde se encuentra el radiante, sin obstáculos para la vista como montañas, edificios o grandes árboles. Además, la zona debe ser oscura, alejada de las luces de las ciudades. El Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) recomienda mirar a unos 20º alrededor del radiante, ya que la mayor parte de los meteoros aparecerá en esta región.

10-¿Y si quiero verlas en compañía?

Como dos pares de ojos ven mejor que uno, una buena opción para no perderse el espectáculo es participar en alguno de los encuentros organizados por las distintas sociedades astronómicas en toda España. El Planetario de Pamplona, por ejemplo, organiza una excursión nocturna al mirador de la Foz de Arbayún. La Sociedad Astronómica de Murcia se instalará en Cabezo Gordo, en Torre Pacheco, mientras que la Sociedad Astronómica Granadina subirá a la Estación de Esquí de Borreguiles en el parque natural de Sierra Nevada. El Planetario de Mallorca celebra el sábado la Noche de las Estrellas.


10 de agosto de 2012

LLUVIA DE ESTRELLAS ( 2 )

El mito detrás de las Perseidas

La más famosa lluvia de estrellas se relaciona con las lágrimas de un santo martirizado, un personaje mitológico que nació de otra «lluvia» mucho más fecunda y un cometa perdido



El mito detrás de las Perseidas
Las Perseidas, la lluvia de meteoros más popular del año que podrá disfrutarse este fin de semana, se produce cuando diminutos fragmentos de polvo provenientes de la cola del cometa Swift-Tuttle, entran en la atmósfera. La combustión produce un bólido o estrella fugaz, un destello que dura menos de un segundo y que es lo que se ve desde la Tierra. Esta es laexplicación científica, pero las Perseidas tienen otras historias detrás que aumentan aún más su peculiar encanto y romanticismo. Una de ellas, la más dramática, tiene que ver con la tradición cristiana y la otra, más mundana, con la mitología griega.
Las lluvias de estrellas reciben su nombre de la constelación desde la cual parecen provenir los meteoros, lo que se denomina radiante. En el caso de las Persedias, el radiante se localiza en la constelación de Perseo. En la mitología griega, Perseo es el hijo de Zeus, quien, enamorado de la ninfa Dánae, tuvo que metamorfosearse para poder entrar en la habitación donde estaba recluida su amada y engendrar a su futuro vástago. La forma que eligió el dios fue, precisamente, una lluvia dorada... Después, ya mayor, Perseo tiene amores con la princesa Andrómeda, que es la constelación que se ubica a su lado. Incluso la salvó de un monstruo marino que estaba a punto de devorarla. Tampoco fue el primero en derrotar; antes ya le había cortado la cabeza a la Medusa, conocida por convertir en piedra a quien la mirase, aunque eso ya es otra historia.


       Dánae recibe a Zeus en forma de lluvia de oro (Tiziano)

El martirio de San Lorenzo
Las Perseidas son conocidas también como las Lágrimas de San Lorenzo, al coincidir más o menos su llegada en agosto con la fecha en la que se recuerda el martirio del santo (10 de agosto). San Lorenzo fue quemado vivo en una hoguera, a la parrilla, en Roma. Se dice que en medio del martirio exclamó: «Dadme la vuelta, que por este lado ya estoy hecho». Sus lágrimas, reza la leyenda, son las «estrellas»que en las próximas noches caerán del cielo.


Martirio de San Lorenzo (Tiziano)
Por si las Perseidas no tuvieran suficiente magia, el cometa que las provoca, el Swift-Tuttle, se perdió de la vigilancia de los astrónomos por imprecisiones cometidas en la estimación de su órbita. Incluso se creyó que se había desintegrado. Lo que ocurría e que el período en el que el cometa lograba completar su órbita no era de 120 sino de casi 130 años. Para alivio de los científicos, volvió a reaparecer en 1992.


     Cometa  Swift-Tuttle